En 1871, el reverendo inglés Charles New, alcanzó la zona de nieve del Kibo: Uno de los tres volcanes inactivos ( el mas reciente) que forman el kilimanjaro, situado entre los otros dos volcanes (Shira y Mawenzi) y cuyo pico es el Uhuru. Dos años más tarde regresó con la esperanza de completar la ascensión. Pero la expedición fue seriamente obstaculizada por la enfermedad de chagas* y New murió.
En 1886, el África Oriental
estaba dividida por las potencias europeas en grandes colonias (Alemania
reclamaba el territorio de la actual Tanzania mientras que Inglaterra se
repartía una zona que, más o menos, corresponde a la actual Kenia). Se dice que
cuando el káiser Guillermo de Alemania se quejó, un tanto infantilmente, a la
reina Victoria de Inglaterra de que bajo los términos de un acuerdo ella se
había quedado con dos montañas africanas cubiertas de nieve (la otra era el
monte Kenia) y él con ninguna, la reina ordenó rehacer las fronteras comunes
entre las dos colonias, de forma que el pequeño rinconcito de tierra que
contenía el Kilimanjaro se incluyera en la porción del soberano alemán. Así pues, durante las tres décadas
siguientes, la exploración del Kilimanjaro corrió a cargo de los alemanes.
En 1889 alcanzaron la cima
Meyer y Purtscheller. A partir de
entonces, el Kilimanjaro fue visitado a menudo por otros escaladores.
En 1912 alcanzó la cima del
Mawenzi Fritz Kiute.
Después de la primera Guerra
Mundial, Alemania perdió todas sus colonias y la zona del Kilimanjaro quedó en
poder de Inglaterra, siendo posesión británica hasta el año 1961, en que, como
ya se ha dicho, el territorio alcanzó su total independencia.
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